El festival Visa pour l’Image se celebra en Perpiñán con una reflexión sobre los límites del fotoperiodismo.

Festival international du Photojournalisme | Perpiñán, del 02 al 17 septiembre 2017.

Todos los años es lo mismo. El planeta comunicación sabe que los fotoperiodistas celebramos nuestro festival anual y, antes de empezar, ya ponen etiquetas. “Si tienes un teléfono ya eres fotógrafo” o, como nosotros decimos, si tienes boca, te equivocas.

Visa pour l’Image, es la mayor y mejor reunión de fotoperiodismo en el planeta. Hoy comienza la edición 2017, que repasa y resume la actualidad de los últimos doce meses. Promete polémica (como siempre) porque hace también un ejercicio comparativo sobre las distintas maneras de abordar este oficio, sometido a un eterno debate sobre los límites de lo que es o no fotografiable.

Podemos ver 25 propuestas de exposiciones gratuitas hasta el 17 de septiembre y, según Jean-François LeRoy -director de Visa pour l’Image- se han quedado fuera, por segundo año consecutivo, las imágenes explicitas referidas a atentados terroristas. “La cadencia de atentados no deja de aumentar. La representación continua de actos terroristas implica correr el riesgo de que se terminen convirtiendo, con todas las comillas posibles, en insignificantes”, dice Leroy. “Todo el mundo conoce el nombre de los terroristas, pero no el de las víctimas. Ante esta situación, me pregunto si los periodistas no estaremos haciendo algo mal”.

 

El festival Visa pour l’Image se celebra en Perpiñán con una reflexión sobre los límites del fotoperiodismo

Steve McCurry (1950). Su fotografía “La niña afgana” es historia del siglo XX.

No hace falta mostrar imágenes de atentados terroristas para expresar con la cámara los miles de horrores reales que compartimos en la sociedad de hoy. Tres de las exposiciones de la muestra en Francia recogen la realidad vivida en Mosul después de la batalla en el Estado Islámico.

Lorenzo Meloni, agencia Magnum, declara: “Para mí, no hay límites sobre lo que es enseñable. Lo que puede ser visto puede ser fotografiado. Sin embargo, cuando se trata de representar la vida y la muerte, respetar al sujeto es primordial. Me suelo preguntar si a mí me gustaría ser representado de una determinada manera o si haría la misma foto de un amigo o familiar. Existe el deber de documentar, pero también la necesidad de respetar”.

Existe el deber de documentar, pero también la necesidad de respetar”.

Dos niños ven a las fuerzas iraquíes entrar en el patio de su casa, en Mosul, el 2 de noviembre de 2016. Laurent Van der Stockt.

La fotógrafa peruana Ángela Ponce Romero, de 23 años, es una de las grandes sorpresas de este año. En Perpiñán va a recibir el premio Visa Humanitaria Oro 2017 del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) por su “esquina de los muertos”, un trabajo en serie que refleja las consecuencias de la guerra civil en su país. Una de sus mejores fotos es en realidad una representación teatral a cargo de un grupo de estudiantes de la ciudad, que escenifican una matanza a manos del ejército peruano.

“Las imágenes fuertes e impactantes sirven para demandar justicia y despertar solidaridad”, dice Ponce. “Mostrar a una víctima siempre producirá alguna sensación. Registrar el sufrimiento de una persona no significa exponerla o restarle dignidad. En muchos casos, el dolor se transforma en fuerza para visibilizar y denunciar injusticias. En ese proceso también participa el fotógrafo, que contribuye, mediante sus imágenes, a reivindicar la lucha y generar memoria”.

En muchos casos, el dolor se transforma en fuerza para visibilizar y denunciar injusticias. En ese proceso también participa el fotógrafo, que contribuye, mediante sus imágenes, a reivindicar la lucha y generar memoria”.

 

Orgullo de (foto) reporteras. Fotoperiodismo.

Siete son las fotoperiodistas destacadas en esta edición de Visa pour l’Image. Darcy Padilla documenta a los nativos estadounidenses en Pine Ridge. Sarah Caron hace historia con la comunidad musulmana de Cuba. Isadora Kosofsky documenta vidas y momentos duros de menores estadounidenses antes y después de su paso por la cárcel. Meridith Kohut, fotógrafa de The New York Times, muestra una de las series más impactantes de la triste realidad venezolana. Mundo gráfico.

Meridith Kohut, fotógrafa de The New York Times, muestra una de las series más impactantes de la triste realidad venezolana. Mundo gráfico.

La primera fotografía importante tomada por Zohra Bensemra mostró la devastación causada por un ataque con coche bomba en la capital argelina. Tenía 24 años de edad. “Fue la primera vez que vi cuerpos tirados en el suelo. Lloré todo el día, aún lloraba cuando me acosté. Cuando me desperté, era una persona nueva… me di cuenta de que esto era para mí la fotografía: mostrar el sufrimiento causado por la guerra. “…”

La militancia islamista ganó terreno y su país se sumió en una guerra civil sangrienta que duraría diez años y mataría a más de 200.000 personas. Zohra Bensemra vivió bajo tierra, pasando sus días fotografiando atrocidades y sus noches escondiéndose escuchando a la cantante argelina Cheb Khaled. Cuando se unió al periódico El Watan como la primera fotógrafa argelina, aprendió a encender su cámara rápida y discretamente, presionándola contra su estómago en lugar de llevarla a los ojos. Después de unirse a Reuters en Argelia en 1997, rápidamente se convirtió en una profesional experimentada que viajó a Oriente Medio, Serbia y Macedonia. Abarcaba los conflictos en Libia, Siria, Iraq, Afganistán, Sudán, Egipto, Somalia e Iraq. También cubrió la primavera árabe y la violencia denominacional, y pasó tres años como fotógrafa principal en Pakistán.

Donald McCullin (1935) | Homenaje. B/N.

Fotoperiodista inglés, que ha cubierto algunas de las guerras más importantes y siempre ha estado muy comprometido con la situación de los marginados sociales.

Fotoperiodista inglés, que ha cubierto algunas de las guerras más importantes y siempre ha estado muy comprometido con la situación de los marginados sociales.

 

El fotoperiodismo nació como una forma de contar, a través de imágenes, los fenómenos sociales que estaban sucediendo. El fotoperiodista es una mezcla de artista, autor, periodista y escritor. Gracias a los grandes maestros del fotoperiodismo, muchas veces, se ha hecho historia.

Su principal objetivo -hasta jugarse la vida- siempre ha sido mostrar la realidad de una manera honesta y real. La cámara al hombro, concepto e idea en la mente, la capacidad –o la suerte- de fotografiar situaciones fortuitas y nunca forzarlas, y sobre todo, ser consciente del alcance que va a tener la fotografía y no retratar algo poco ético tan solo por conseguir mayor impacto. Para un buen fotoperiodista estar comprometido con la sociedad y que el fin único de tu trabajo sea documentar y compartir los hechos que ocurren en ella, son sus dos principales compañeros de trabajo.

 

Para un buen fotoperiodista estar comprometido con la sociedad y que el fin único de tu trabajo sea documentar y compartir los hechos que ocurren en ella, son sus dos principales compañeros de trabajo.

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