La del cuadro ha influido en la historia del arte. Piedad y terror.
Fue pintada entre mayo y junio de 1937 como recuerdo y memoria contra el horror del bombardeo de Guernica, ocurrido el 26 de abril de ese mismo año durante la Guerra Civil Española. Óleo sobre lienzo, mide 7.76 x 3.49 metros, y en realidad fue un encargo del Director General de Bellas Artes, Josep Renau, para llamar la atención de los ciudadanos y favorecer la opinión sobre el bando republicano. La idea era exponerlo en el pabellón español durante la Exposición Internacional de 1937 en París. Pintado en blanco y negro, con una variada gama de grises, no es cuadro narrativo, sino simbólico.
Una de las telas más famosas (¿tal vez la mejor?) del siglo XX. Guernica, Pablo Picasso.
Sin duda 2017 tiene un protagonista principal: Pablo Picasso. Y más concretamente el 80 aniversario del Guernica. Cerca de 150 obras de Picasso, procedentes de los fondos de la colección del museo Reina Sofía y de más de 30 instituciones de todo el mundo, entre ellas el Musée Picasso y el Centre Georges Pompidou, de París, la Tate Modern de Londres, el MoMA y el Metropolitan Museum, de Nueva York, o la Fundación Beyeler, de Basilea, se podrán ver en 2017 en el Reina Sofía, que ha preparado la exposición “Piedad y terror” para conmemorar la creación del “Guernica”, que cuelga en sus paredes desde hace un cuarto de siglo. El Museo tiene proyectadas 16 exposiciones temporales, una gran muestra que servirá precisamente para celebrar el citado 80 aniversario, y los 25 años de la llegada del simbólico cuadro a España. Esta retrospectiva, según informa el museo en una nota, “pondrá su foco en la evolución del universo pictórico de Picasso, con el ‘Guernica’ como epicentro, desde finales de los años 20 a mediados de los años 40 del siglo pasado, periodo en el que el artista imprimió un cambio radical en su obra“.
Fotos, Picasso pintando “Guernica”, Dora maar.
Los viajes del Guernica.
Justo después de ser presentado en el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París de 1937, el Guernica inició un peregrinaje que lo llevaría por algunas ciudades del norte de Europa y Estados Unidos como reclamo antifascista recaudatorio para el Comité Nacional de Ayuda a los Refugiados Españoles. La primera gira, organizada en 1938 por el galerista Paul Rosenberg, llevó el cuadro, junto con otras obras de Matisse, Braque y Laurens, a Oslo, Estocolmo y Copenhague. La segunda, por iniciativa del citado Comité y coordinada por el poeta bilbaíno Juan Larrea, recorrió diversas ciudades inglesas: Londres, Oxford, Leeds y Manchester. La tercera arrancó en Nueva York en 1939 y desde allí visitó Los Ángeles, San Francisco y Chicago hasta regresar al MoMA para formar parte de la exposición “Picasso. Forty Years of His Art”, que itineró por once ciudades estadounidenses. Más tarde, en 1944, el Guernica viajó a México, Milán y Estocolmo, y a la II Bienal de Sao Paulo. En 1958 el cuadro y sus dibujos preparatorios fueron depositados en el MoMA, siguiendo la voluntad de Picasso de que permanecieran allí hasta que la democracia volviese a España. El 10 de septiembre de 1981 la obra pudo al fin regresar y se expuso en el Casón del Buen Retiro de Madrid. Desde 1992 “El Guernica” y sus bocetos se encuentran en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Como resultado a tanto viaje, la leyenda del cuadro ha influido en la historia del arte por la influencia que el mural ejerció sobre numerosos artistas que pudieron observarlo en directo, al prestigio de Picasso -definitivamente encumbrado por el MOMA- y por su enorme carga simbólica como eterna condición de icono pacifista.