Por experiencia sabemos que, si ya has elegido el nombre de la empresa, el proceso te ha dejado exhausto, pero ahora toca elegir la Marca. ¡Con la Iglesia hemos topado!.

 

Las marcas son los signos que utiliza el empresario para distinguir sus productos o servicios, en cambio, el nombre comercial se usa para distinguir el negocio o empresa. Por lo tanto, el objetivo que ambos persiguen es diferente y por ello no hay que mezclarlos, ni mucho menos confundirlos, incluso en los casos en que el signo realiza la doble función y se usa tanto para distinguir a la empresa, como a los productos, servicios y actividades. Cuando esto ocurre, no se altera la finalidad ni el objeto de protección del signo, sino que se produce un efecto expansivo que amplía el ámbito de protección del derecho de exclusiva, para abarcar ambos conceptos. Es importante decir que para que este efecto se produzca es necesario que se realicen los dos distintos registros: el de la marca y el del nombre comercial.

Al margen de cuestiones legales internacionales, o de sueños empresariales, el primer paso –y tal vez el más sencillo- es la elección de los mejores nombres de dominio (www.tumarca.com). Hoy día es el máximo referente de futuro. De nada sirve elegir un nombre perfecto si, en algún lugar del mundo, ya esta registrado, y ni hablemos de la actividad que pueda tener. En Estempore, en veinte años de experiencia, nos hemos encontrado de todo: distribuidores farmacéuticos que les habían “robado” la marca online, organismos oficiales que pagaron una fortuna por recuperar su puntocom o, incluso, una asociación benéfica religiosa que, bajo su mismo nombre, tuvimos que anunciarles que ya existía una Web (porno duro) en Internet. Todos ellos “llegaron tarde”.

Para elegir su marca, un buen consejo: compruebe si está libre. Para si o para no, se va a ahorrar muchos quebraderos de cabeza. En todo caso los problemas siempre fomentan la creatividad (de eso sabemos mucho), y el mejor modo de centrarse en lo básico es la psicología humana. Aquí hay algunos consejos para guiarlo en la búsqueda de una idea original y ayudarle a superar el nombre de dominio y el frenesí de la marca registrada.

marca comercial

1. Aproveche el poder del simbolismo y de los sonidos.

Ciertos sonidos inspiran emociones positivas y generan en muchos casos experiencias que van a ser apreciadas, recordadas y compartidas. La sonoridad de empresas como Haagen Dasz y Limoncello han aprovechado esta estrategia durante décadas para reforzar experiencias positivas y memorables a través del simbolismo y la sonoridad de sus nombres. En 2003, el neurocientífico Vilanyanur Ramachandran publicó un estudio detallando la relación entre ciertas partes del cerebro y las metáforas. Concluyó que los sonidos pueden ser metáforas para las imágenes y que la gente experimenta sonidos a través de colores y gustos.

Al elegir su marca, piense en las palabras que está utilizando en la vida cotidiana. En Brandroot, por ejemplo, tienen miles de ideas para elegir su nuevo nombre con facilidad. El fundador, Michael Rader, aconseja centrarse en las palabras que usted está asociando con experiencias sensoriales específicas: la ligereza, la oscuridad, la fuerza, la debilidad, la nitidez y la opacidad, etc., como ejemplos. Piense, cree, sueñe… elija impacto, emoción, fuerza: ¡Serendipia!.

2. Utilice técnicas de memorización para encontrar conceptos que se asemejen.

Los mejores nombres de empresas son emoción-inducción y de fácil memorización como resultado. Si esta pensando en nombres, piense en lo que quiere que llegue a ser su empresa, o en su lugar, en las emociones que desea que su cliente objetivo sienta. Comience por crear un mindmap de los conceptos relacionados con su negocio. Explore palabras descriptivas, emociones y experiencias que haya sentido en la construcción del negocio, y a partir de ahí haga un esquema de las imágenes visuales asociadas con su empresa. Es un poco como volver a recrear los mismos ejercicios mentales de cuando eramos niños, jugando a la memorización a través de dispositivos mnemónicos para estirar su imaginación aún más. Este enfoque ayudará a su mente a aventurarse en un territorio que aún no había considerado y que a buen seguro le permitirá encontrar nuevos conceptos y conexiones lingüísticas para construir ideas, nombres y textos.

Como señala Rader, su objetivo en la elección de un nombre para su negocio debe ser encontrar un concepto que resuene y recuerden tantas personas como sea posible, en lugar de uno selecto y exclusivo para pocos clientes. Cree una imagen visual que sus audiencias puedan recordar fácilmente, independientemente de lo que decida o de las relaciones que encuentre, asegúrese siempre de confrontar sus ideas y recuerdos.

3. Igual que Cela: el innovador léxico.

Como decía el publicista Bassat, “si no sabes decirlo, cántalo”, pues aquí es lo mismo: si no puede encontrar una palabra que capture perfectamente la esencia de su marca, invente la suya propia. El idioma esta vivo, el castellano es la lengua más hermosa del planeta, y las palabras son siempre cambiantes siguiendo ciclos evolutivos. Hay nuevas palabras, argot o formal, entrando al mercado, todo el tiempo. El mejor ejemplo de esa tendencia: GOOGLE, una palabra una palabra que surgió de la completa oscuridad para ganar su lugar en el Oxford Dictionary. Esta fue una empresa que se alejó de lo que era común y conocido para probar un concepto completamente nuevo.

Salga de sus zonas de confort mentales, explore la jerga que las comunidades están usando y pida a nuevos públicos que describan su marca desde una perspectiva casual y auténtica. La innovación y el progreso provienen de aventurarse en nuevos terrenos. El nombre de su empresa no debe ser diferente de su producto o servicio y pidiendo opinión –por extrañas que parezcan las ideas- a lo mejor es la propia gente que le rodea quien le da la solución.

Si necesita una palabra y no la encuentra, invéntela.es. (¡¡Está libre!!)

 

Si necesita una palabra y no la encuentra, invéntela.es. (¡¡Está libre!!)